La balanza mágica.

¡Holaaaa!

A ver… hmmm… repetimos, que no me ha gustado. No he visto ni media sonrisa y esto no puede ser. Nada, que no ha valido. Se repite. Vuelvo detrás del telón y salgo de nuevo, ¿vale? Venga, venga.

1…

2…

3…

¡HOLAAAAA! : )

¡Ahora sí! ¡Así mucho mejor!

Estamos a martes (ni te cases ni te embarques) y, aunque queda mucha semana por delante, hay que animarse (toma pareado). Tenemos un solazo espléndido en la capital, hace buena temperatura y, en un ratito cuando queramos darnos cuenta será viernes otra vez. Que sí, que sí, que después del “puentazo” que hemos tenido cuesta mucho volver a la rutina pero ¿Qué podemos hacer para olvidarnos del estrés y las preocupaciones? ¿Sabéis que día a día se nos escapan pequeñas cosas y detalles que, si atendiéramos un poco, nos harían sonreír más de una vez? Suena el despertador a las 7.30 de la mañana pero ¿no te has dado cuenta de que pusiste tu canción favorita para animarte? (yo decidí cambiarla y ahora me despiertan las primeras notas de “Here comes the Sun” – The Beatles. Antes tenía una alarma de submarino, así que os podéis hacer una idea… Me levantaba todos los días corriendo como si estuviera huyendo de una inminente explosión nuclear. Así uno se despierta hasta de mala leche). Sigamos… Tienes que levantarte de la cama cómoda,  suave, calentita, confortable, acogedora… pero ¿qué me dices de ese delicioso café con tostadas que te espera en cuanto termines de arreglarte? (Eso, siempre y cuando no os despistéis y no acaben chamuscadas, cosa que a mí suele pasarme muuuuuuuy a menudo). Ese encuentro con un conocido o amigo de camino a la estación, las buenas noticias que (a veces) se dejan ver en el periódico gratuito y la sonrisa que te dedica aquel niño pequeño desde el carrito mientras hace ruiditos graciosos con la pajita del zumo. Música, play en el reproductor y… no, no lo hagas. No mires el título, deja que el azar te sorprenda. Observa por la ventanilla y encuéntrale forma a las nubes. Imagina que, mientras caminas por las calles de tu ciudad, eres protagonista del videoclip de tu vida, sin cortes ni tomas falsas. Esa canción está escrita para ti. Doblas la esquina y, de repente, te cruzas con esa persona que lleva su mismo perfume. Sonríes incontrolablemente. ¿Pasas junto a una floristería? Pues detente un momento a mirar las flores. ¿Junto a una pastelería? ¡Uf, no te detengas! Bueno… Sí, detente. Entra y cómprate un pastel de chocolate. Que le den a la dieta. Vista, oído, olfato, gusto y… ¿Qué otro sentido nos falta? ¡Ah, claro! ¡El tacto! ¿Y qué mejor forma de “con-tacto” que un abrazo? ¡Son gratis! Queda después del trabajo o clases con ese amigo y dale un abrazo. O dos, o tres. Abraza a tu mami, al perro, al gato… ¡Incluso a la almohada! Y, al finalizar el día, dile a Doraemon que saque la balanza mágica de los sentimientos. Pídele que te ayude a pesar en un lado los malos y en otro los buenos. Estoy segura de que los últimos ganarán. ¿A que sí?

Sé feliz ♥... :)

Mary