Ellos también tienen sentimientos... ¡no los abandonemos!

Ahora que llega el buen tiempo y la gente empieza a hacer planes para irse de vacaciones,  surge el problema de qué hacer con nuestras mascotas. En muchos lugares, los animales están terminante prohibidos: transportes, casas rurales, hoteles... no se  permiten animales. Por lo que al final, la mayoría de la gente sin saber qué hacer con ellos, opta por abandonarlos.

Los que sufren en mayor medida estas muestras de abandono son los perros, seguidos de los gatos y aunque en menor medida, también se dan casos de roedores y pájaros.

La causa más predominante del abandono es el hecho de que en muchas ocasiones estos animales son comprados o adoptados por gente que no tiene en consideración la responsabilidad que esto conlleva. En ocasiones son regalos o caprichos de alguien que acaba por cansarse de ellos en cuanto crecen, quedando patente que nunca van a dejar de tener las necesidades de un ser vivo.

Algunas mascotas, las que menos, se abandonan en centros de adopción, pero en muchos casos simplemente se las deja en la carretera o en algún lugar apartado. En el caso de que los dueños sean los encargados de llevar al animal al centro de acogida, habitualmente los animales se encuentran en buenas condiciones. Sin embargo, las mascotas que se abandonan en la calle no corren tanta suerte. En muchos casos, se encuentra a los animales con graves deteriores por falta de alimento o agua, e incluso se recogen perros y gatos que han sido atropellados. Una vez en el centro, se inspecciona por si tienen algún chip identificativo con el que localizar a los dueños en caso de que éste se hubiese extraviado. Si el animal no lo tiene, se da un margen de cinco días por si apareciesen los dueños; pero, transcurrido ese tiempo y sin haber aparecido alguien que lo reclame, el animal se considera abandonado.

Entre las causas más frecuentes del abandono de animales se encuentran:

• Enfermedades de las mascotas. Algunos animales presentan enfermedades degenerativas o discapacidades que resultan una carga para el dueño. 
• Cambio de residencia. Muchas personas reciben la oportunidad de trabajar en otro lado, o simplemente se mudan de casa, por lo que normalmente tienen que deshacerse de su mascota. 
• Mal comportamiento del animal. Los animales también tienen personalidad. cuando éstos tienen algún problema, tienden a hacer destrozos en el hogar, no obedecer órdenes, etc. Esto hace que el dueño se desespere y quiera deshacerse de él. 
• Agresividad de la mascota. Los animales pueden desarrollar problemas psicológicos debido a la manera en que los traten los dueños. Tristemente, en muchos hogares no se les atiende de una manera muy amable, por lo que desarrollan un problema de agresividad al sentirse atacados.
• El nacimiento de un bebé. Al llegar un recién nacido, los dueños tienen miedo a que el animal pueda contagiar alguna enfermedad o pueda llegar a atacar.  
• La vejez de los animales. La gente decide no tenerlo ya que la edad avanzada significa que pierden habilidades que antes tenían, considerándolos como un estorbo. 
• Se pueden desarrollar alergias a algunas mascotas debido al pelaje. 
• Desacuerdos familiares. Puede ser que a un integrante no le guste tener animales, o bien, no le agrade la responsabilidad de tener un animal. 
• En estos últimos años con la llegada de la crisis, el factor económico ha cobrado mucho peso. El dueño no puede sustentar el gasto de necesidades alimenticias, médicas y estéticas del animal y decide abandonarlo. 
• Pero en la mayoría de casos, el factor predominante es el de la irresponsabilidad. El dueño se olvida fácilmente de las necesidades del animal y, al no poder o no querer cumplirlas, aboga en otra persona la responsabilidad. 

Esta es mi perrita. Se llama Kiara. Bueno, digo perrita por decir algo, porque más que una perra (sí, aunque suene mal esa palabra :P) parece un caballo.

Tiene dos años, y es una mezcla entre mastín y labrador. A pesar de ser muy traviesa, no parar quieta, ladrar mucho y chupetear a todo el que entra, es muy buena. Y no lo digo porque sea mi perrita, es que de verdad lo es. 

Siempre he sido una persona muy reacia a los animales, (de hecho tengo un trauma importante cuando estoy cerca de un perro grande), pero fue traerla mi padre a casa, con un mes de vida y quedarme prendada de ella. Tan pequeñita, tan indefensa, que dependa de ti para vivir… supongo que es como si tienes un niño, llevan los mismos cuidados. 

Recuerdo que en verano la pobre se quedaba sola porque mis padres trabajaban y mi hermano tenía instituto. ¿Y quién se hacía cargo del animal? Pues aquí una servidora. Y era llegar a casa y oír como la perrita se ponía a llorar porque (supongo) no quería estar sola. Abrirle la puerta de la terraza y jugar un ratito con ella hasta que se dormía. Y así día tras día. A los pocos meses se la llevó mi padre a la parcela para que estuviese al aire libre y se acostumbrara, y ahora vive allí. Claro que, casi todos los días nos pasamos alguno a verla, a darle de comer, a bañarla, a pasar el tiempo con ella, y a lo que haga falta, para que sea consciente de que tiene unos dueños que la quieren.

En mi caso, me he quejado muchísimas veces de ella, de que no me deja tranquila, de que me chupetea, de que es una bruta y no tiene cuidado con nada, pero ahora mismo no sé qué haría si no estuviera con nosotros. Porque es tal el vínculo que se puede formar con los animales que es difícil de expresar con palabras. Sólo me entenderán aquellos que tengan en su casa mascotas, ¿verdad?

Así que ya sabéis, NUNCA abandonéis un animal, y si en algún momento queréis adoptar, lo primero que tenéis que saber es que sólo pueden ser adoptados los animales que se encuentren en condiciones adecuadas. Además, tienes que ser mayor de edad, llevar el DNI o pasaporte y firmar un documento de adopción. En dicho documento se identifica el animal, las vacunas que ha recibido, si está desparasitado y la prohibición de su venta.

En general esta acción no lleva consigo coste económico, e incluso si alguna persona busca un animal o raza concreta suele encontrarlo.

Adoptar una mascota es una decisión que debe tomarse con tranquilidad tras la consideración de los pros y contras, y nunca como “moda” o “capricho”, ya que los animales no son prendas de ropa que se puedan tirar o reemplazar.

Y esto es todo por hoy. ¡Hasta la próxima semana!